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sábado, 5 de diciembre de 2009

ARTÍCULO

PASIÓN INCOMPRENDIDA:

Domingo 29 de Noviembre, siete de la tarde, calles semidesiertas.
Millones de personas permanecen inmóviles ante una pantalla, pendientes de 22 hombres que corren, luchan, persiguen a una pelota; cada movimiento, cada patada, cada saque hace que sus corazones se encojan.
Los nervios fluyen a flor de piel, como si se tratase de un hecho que fuese a cambiar el curso de sus vidas.
Pasan los 90 minutos, cesa la tensión. Y queda: alegría, gozo, orgullo, para algunos, y tristeza, desilusión, rabia, para otros. Al día siguiente todo seguirá igual.
Es increíble la expectación que crea el fútbol, pero aún es más increíble, el dinero que se mueve con este deporte. ¿Es normal, pagar por un jugador de fútbol 94 millones de euros? ¿Es normal que ganen 7,8 o 9 millones de euros al año?
Parece que sí, que para gran parte de la población esto es normal, pese a que el sueldo medio de una persona en España sea de 20.438 euros al año.
Aparentemente nadie se queja, nadie se cuestiona si verdaderamente los futbolistas tienen tanto mérito como para tener un salario tan descomunal. Y además, todos contribuyen a que este salario siga en aumento, pagan por verlos jugar, compran sus camisetas, y por si fuera poco, les regalan coches de lujo.
¿Es que acaso no tiene más valor el médico que salva una vida? ¿O las personas que abandonan su hogar para ir a países tercer mundistas a ayudar a los que más lo necesitan?
Estos son solo dos ejemplos de los muchos que se podrían dar, pero la realidad, es que la gente no se para a pensar en esas cosas.
Para la población lo único importante es que gane su equipo favorito, y poder presumir ante los demás de que su equipo es el mejor, y de que los demás no valen para nada, y si pierde, echarle la culpa al árbitro.
¿Cómo pueden tenerle tanta afición a algo que no les da ningún beneficio y que a veces lo que les ocasiona es un gran disgusto? Tal es el disgusto que pueden llegar a las manos, numerosos son los aficionados que llegan a enfrentarse, peleándose, machacándose unos a los otros, simplemente porque son de equipos rivales.
¿Es lógico esta clase de comportamiento? Para mí, es de no razonar mucho.
Mientras, los millonarios jugadores, presidentes de clubes, y demás entes del gremio, viven rodeados de lujo, sin tener que preocuparse por la hipoteca que tienen que pagar, o porque no pueden llegar a fin de mes, o porque están en paro y sus ahorros no les dan para vivir.
No, estos nos son problemas de ellos. Ellos, se plantearán qué nueva mansión se van a comprar, a qué fiesta asistirán esta noche, o si son presumidos como Beckham, cuál será el próximo corte de pelo que se hagan.
Y todo, por darle patadas a un balón.
Yo no digo que no tengan mérito, que todos los deportistas lo tienen, pero que ganen tantos millones, eso, no es justo. No es justo para un mundo que está inmerso en una crisis, para un mundo en el que hay muchas personas que se mueren de hambre.
Pero es la cruda realidad, aunque numerosas personas no la vean; porque para muchos si que puede ser excesivo el sueldo de políticos, modelos, actores, cantantes, etc.; pero la mayoría no critica el sueldo de los futbolistas.
Es una pena, que ni siquiera se lo cuestionen, ojala algún día lo hagan, y el mundo sea un poco más justo.

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